Una mesa de comedor que fusiona la innovación arquitectónica con un diseño sostenible y elegante. Su base, elaborada en resina blanca, proporciona un soporte sutil y limpio, sobre el cual se despliega una superficie vibrante de vidrios reciclados en tonos azul y naranja. Estos fragmentos, cuidadosamente seleccionados y ensamblados, crean un juego cromático que transforma la mesa en un punto focal dinámico, mientras destacan el compromiso con la reutilización de materiales.

La mesa se sostiene sobre tres apoyos de madera, diseñados con precisión arquitectónica. Cada apoyo está formado por dos piezas de madera que se entrelazan en tres puntos clave mediante pequeños tacos del mismo material, una solución que enfatiza tanto la estabilidad como la ligereza visual. Este sistema de unión, que juega con la estructura y la transparencia del espacio, permite que la mesa combine solidez y fluidez, evitando la pesadez tradicional del mobiliario.

El diseño celebra la interacción entre materiales naturales y reciclados, creando una pieza que no solo es funcional, sino también una obra de arte arquitectónica. Es un testimonio de cómo la arquitectura interior puede reinventar lo cotidiano, jugando con la ligereza del material y la sostenibilidad, para ofrecer una experiencia de comedor que es tan estética como consciente.